La pena es que no saqué una foto de la cara de mi marido cuando el domingo pasado, temprano por la mañana, apareció en la cocina para desayunar y me encontró entre el trípode , la cámara , linternas, una sabana sobre la mesa y la cafetera fuera de lugar. Hubiese sido la más divertida, pero no llegue a tiempo. Sí conseguí una serie de fotos café, para el reto.
Llegando tarde como siempre y con ganas ya de tomar un café con los amigos de la familia fotera.
Para ver más fotos café aquí
jejeje… hubiese sido genial,para otra vez 🙂 Hay que ver el juego que dan las cápsulas cafeteras, ¿eh?