Payasos bonitos

Fuimos Ricardo y Ángela Román y yo, yo había tenido la iniciativa de comprar las entradas y llevarles al circo, percibía en Román ciertas ganas de protestar, y tenía mis miedos.Con esa inquietud bajamos de Gardoqui al Arriaga.El teatro bien merece una visita.-pensé.- aunque solo sea por verlo.

Las localidades muy buenas y ya metidos en ambiente,un ambiente quizá un poco mediatizado por mamas, papas y muchos niños, claro, era la función de las 5 de la tarde del domingo.Y el payaso llega a escena y el escenario se llena de luz y de color, de música y mágia, de payasotes altos altos y de payasitos pequeños. Ya no había duda a mi no me iba a decepcionar.

Transcurrió la primera parte con escenas estéticamente puras y muy poéticas. En el descanso nos cubrieron a todos con una tela de araña y todos participábamos y todos soñábamos y todos nos convertimos en parte del espectáculo. Y nevó, y hubo tormenta,una tormenta con Carmina Burana apoteósica.

Unas bolas de colores grandes grandes llenaban el teatro y ya no había más que ojos de niños admirados, todos eramos niños.

La segunda parte fue a más cada vez más atrapados, ensimismados, transportados a otro mundo.¡Qué maravilla! Salí entusiasmada y ¡qué contenta! de pensar que todavía hay cosas que nos emocionan