Vete lejos para escribir, hasta el fin del mundo, donde dices que encontrarás la soledad necesaria, el silencio, pero si no tienes nada que contar, te quedarás mudo como el lugar que visitas.
Conócete. Habítate. Escribe cuando tengas ganas. Disciplina tus ganas.
¿La musa? Ja, ja, ¡ja! Pero deja que otros te alcancen: Lee por placer. No leas para quedarte dormido.
Llénate de los aprendizajes ajenos, de las imágenes que recrean, de las palabras que explosionan…
Katya Adaui