Llevo unos días en los que me cuesta centrarme en la lectura, tengo la cabeza llena de ideas pero tampoco consigo escribir. Ayer pensé que debía hacer un esfuerzo y tratar de buscar la clave de humor. Estuve tratando de recordar anécdotas divertidas, o personas que me hacen reír pero ¡que va! no me llegó la inspiración por ese camino.
Encontré en casa un libro de Mafalda y lo estuve ojeando y aunque tampoco funcionó porque me invadió la nostalgia, sí me hizo recordar a Agustina Guerrero y su blog diario de una volátil. Un diario acertado y divertido. Lo sigo desde hace un tiempo y a pesar de la diferencia de edad, -la volátil es treintaañera- ,me identifico mucho con ella. Son viñetas que hablan de la vida cotidiana, vivencias que siempre piensas que sólo te ocurren a ti y que te hace sentir bien cuando descubres que son universales. De este blog surgió un libro que me regalé el día del libro.
Estando en esta búsqueda de un poco de humor, esta mañana escucho por la radio que le dan a Quino el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.Un reconocimiento al humor que me anima a seguir buscándolo. Por eso esta tarde me he sentado de nuevo con Mafalda y la Volatil .
Por primera vez después desde hace unos días he sentido aire fresco. Centrada en los detalles de los dibujos y en la humanidad que encierran los personajes he sentido empatía con las cosas intrascendentes y he conseguido sonreír y me ha apetecido compartirlo.