
Yo conocí en persona a Ana Maria Matute cuando fui al maratón de cuentos de Guadalajara, ya hará 20 años de aquello. Entre una variada y muy interesante programación estaba una conferencia de Ana María Matute. Era ya por entonces una mujer madura de pelo blanco que destacaba por su elegante sencillez. Me cautivo su personalidad.
Admiré mucho desde entonces a la Matute, sobre todo admiraba la honestidad con la que decía lo que pensaba y pensaba lo que decía sin mirar de reojo a quienes le escuchaban. Su lucidez y coherencia y el tremendo apego a la vida a pesar de que los años iban pasando
Por entonces era ya miembro de la Real Academia Española, donde ocupaba el asiento K desde 1996. Nos habló con pasión de su obra recientemente publicada. «el olvidado rey Gudú».
Lo leí ese mismo verano y después lo utilicé con frecuencia en mis clases como referente. La edad Media , los libros de caballería, la literatura fantástica y los cuentos de hadas, todo esto y muchas otras cosas estaban encerradas es este universo del reino de Olar.
Cuando en el 2010 se convirtió en laa tercera mujer que recibía el premio Cervantes, yo estaba en mi último año de docencia y hablé mucho a mis alumnos de Gurú , del reino de Olar y de Ana María Matute y descubrí nuevos valores de la obra.
Han pasado diez días desde que falleciera el 25 de junio, en estos días la he recordado con frecuencia y he leído algunas de las cosas que se han escrito con motivo de su muerte. Al encontrarme con estas frases :
“El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad.”
«Escribir es un deseo de recuperar todo lo que se ha vivido y se ha perdido»
Me he sentido sobrecogida porque recogen con exactitud lo que yo en este momento siento.Tratando de fabricar mi mundo y de buscar peldaños que me saquen del pozo. Aunque ya no nos acompaña esa tierna mirada que le caracterizaba quiero agradecerle todo lo que me ha enseñado y recordarla según su deseo:
“Me gustaría ser recordada como una mujer que amó mucho la vida”.
Y todo esto lo escribo porque estoy convencida como ella de que :
la palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva.”