Ayer, cuando vi que escampaba después del temporal , salí corriendo a ver el mar.
El horizonte decidió abrir el telón y fue apareciendo la Breña, Vejer y Trafalgar a un lado y Marruecos al otro.
Eramos pocos en la playa, unos niños muy chicos que correteaban por la orilla y alguna gaviota jugando a subir y bajar.
Pasee hacia Barbate admirando la fuerza del mar, el Cachón en todo su esplendor. Enfrentándome a la grandeza de verdad.
Y el paisaje se fue haciendo paisaje interior.
Iba recogiendo instantes.Poniendo la mirada en el horizonte lejano, en las nubes de la fantasía,en lo grande y lo pequeño, en las parejas solitarias. Cuando al dar la vuelta me encontré con la luz que ilumina Zahara sentí un abrazo muy cálido.