El día 28 cuando caí en la cuenta de que era el día de los Inocentes colgué una foto en mi instagram hablando de los recuerdos y de la inocencia.
Desde entonces me sorprendo a menudo pensando en aquellas comidas familiares del día de de las Santos Inocentes. Es curioso porque es un tema que no he solido tener presentes, sin embargo estos días he recordado con ilusión muchos detalles de aquellas celebraciones.
Entre los tres hermanos, Iñigo Alvaro y yo, reuniamos dinero de la paga del domingo para ir al Perro Chico y elegir alguna inocentada. El frío y calor, la bomba fétida, que tenía el atractivo de lo prohibido, el dedo herido, la flor de la solapa que echaba un chorro de agua y un montón más que hacían en casa las delicias de todos.
Venían a comer los tíos y los abuelos y era emocionante comprobar cómo se sentaban y sonaba fuerte una pedorreta. ¡Que risas ! o cuando echaban sal al café o enseñábamos un dedo herido de mentiras. Esperábamos impacientes el momento y cuando picaban , o hacías que picaban porque ese día todos éramos inocentes, cantábamos ilusionados inocente, inocente.
El no va más eran La emoción durante la comida esperando alguna sorpresa, una croqueta rellena de algodón, un pastel con pasta de dientes como si fuera exquisita nata o el bonbón que en vez de licor tenía un relleno picante. Esta era la especialidad del tío Luis que traía una caja de bombones de regalo con dos o tres bombones falsos. ¡Qué risa ! verles a papa o al abuelo levantarse corriendo a escupir el bombón en el baño.
El tío Luis era el rey de esa fiesta traía sus propias inocentadas y celebraba como el que más cuando alguno picaba.
Todos acabábamos la fiesta muy divertidos y con un monigote de papel en la espalda todo un clásico.
Con el tiempo me he dado cuenta de que era una celebración cargada de mucha inocencia, esa inocencia de los niños y de los mayores que no necesitan demostrar que están de vuelta de todo.
Creo que esta costumbre se ha ido perdiendo y me he propuesto ir recuperándola. Como no conozco ninguna tienda de barrio que venda inocentadas me he actualizado y he recurrido a Amazon. En bromas para fiestas he encontrando la pedorreta, el plato que se levanta solo, la flor de la solapa, y el dedo herido. Venden también muchos bichos de pega que no me he atrevido a pedir, mejor vamos poco a poco.
Me queda comprobar si seguimos manteniendo la inocencia, esa inocencia que refleja la sorpresa, la ilusión, la imaginación del niño, su limpia y maravillosa manera de ver las cosas. Cualquier día nos ponemos a prueba ojalá consigamos ser inocentes y divertirnos mucho.