el dia a dia, en Zahara, Estoy sentimental

Después vino el confinamiento


Estos días he dedicado tiempo a reordenar y repasar fotos y ya estoy en el 2020. Así me he encontrado con estas imágenes 

Creo que alguna ya la enseñé  en el grupo de Facebook de Dr escuela y ¿por qué ahora vuelvo a mostrarlas? Tienen una historia tan bonita y tan relacionada con esta escuela y con las casualidades de la vida que necesito contarla.

Era el 27 de febrero, víspera del día de Andalucia, Román y yo comenzamos nuestro paseo por la playa y Román sintió que la pierna izquierda no le respondía, a duras penas volvimos de la orilla cogí el coche y llegamos a urgencias. Nos mandaron a Puerto Real, 40 kilómetros. Él fue en ambulancia y yo en mi coche con la boca completamente seca. 

El protocolo de esperar, de que se lleven al paciente y de que tú sigas esperando. Entonces cogí el móvil y mirando aquí y allá topé con el curso de Cris Sial. En ningún momento había pensado en hacerlo, un tipo de fotografía que, ¡ay los prejuicios! no me iba.
Por entretenerme conecte la primera sesión y de la misma vino la segunda y ya estaba enganchada en la belleza y la poesía del curso de Cris, envuelta en su voz de terciopelo, cuando me llamaron para informarme. Le vi a Román tranquilo y bien pero tenía que quedarse para hacerle pruebas. 

Hice los 40 kilómetros de vuelta de noche sola, hablando y tranquilizando en la distancia a nuestros hijos, sintiendo el corazón un poco encogido. En casa, impregnada de las imágenes de Cris, tuve la necesidad de expresarme con mi cuerpo, de comunicar miedo, dolor, fragilidad, ternura, soledad. De comunicar porque creo profundamente en el poder de la comunicación. Logré después de las imágenes conciliar el sueño. 

Fueron unos días de ir y venir a Puerto Real, era puente y todo estaba paralizado en el Hospital. Román con ese temple tan estoico que le caracteriza  se tragó 4 ó 5 libros y yo disfrute muchísimo de las sesiones de Cris Sial y de Dr escuela en general. Empecé a sentirlo como lo más cercano que tenía entonces y me ayudó una barbaridad. No sabéis cuánto. 
Desde entonces sois mi familia Dr. El poder de la imagen, el poder del grupo el poder de la comunicación.
Después vino el confinamiento.

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